El contexto social y demográfico (aumento de la migración, envejecimiento de la población, equidad de género, inclusión de personas con discapacidad y diversidad sexual) generan un escenario que pone nuevas variables a incorporar en la gestión de la empleabilidad y del mercado laboral. Por otra parte, la demanda de valores sociales y modelos de gestión que incorporan herramientas como la innovación, la tecnología y modelos corporativos socialmente participativos y responsables, relevan cada vez más la gestión de la diversidad como un elemento diferenciador dentro de las organizaciones, ya que gestionando la representatividad de la realidad social del medio donde se insertan, les permitirá tener las herramientas para transformarse y adaptarse más fácilmente a un entorno cada vez más dinámico y exigente, incorporando valores y prácticas socialmente inclusivos y responsables que agregan valor tanto dentro como fuera de la organización.